Diálogo mantenido por Krishnamurti y dos amigos el 15 de
diciembre de 1970 en Nueva Delhi.
(Extraído del libro: "Tradición y Revolución" - Editorial Edhasa)
P:
Uno de los problemas más vitales que ha preocupado al hombre es la necesidad de
poner freno al mal.
Ello aparece como si en ciertos períodos de la historia, debido a diversas
circunstancias, el mal hubiera dispuesto de un campo más vasto en el cual
operar. Las manifestaciones del mal son tan amplias, los problemas del mal son
tan complejos, que el individuo no sabe cómo entendérselas con ellos. ¿Cuál
diría usted que es el modo de encarar el mal? ¿Existe una cosa como el mal
independiente del bien?
K:
Me pregunto qué es lo que usted quiere significar. Está el arbusto con sus
muchas espinas ... ¿llama usted a eso mal? ¿es para usted el mal una serpiente
venenosa? Ningún animal salvaje es malo ... ni el tiburón ni el tigre. ¿Qué es
entonces lo que usted entiende con la palabra "mal"? ¿Algo dañino? ¿algo que
puede ocacionar una tremenda aflicción, un gran sufrimiento? ¿Algo capaz de
destruir o impedir la luz de la comprensión? ¿Llamaría usted el mal a la guerra?
¿Diría usted que los generales, los gobernantes, los almirantes son el mal
porque ayudan a producir guerras, destrucción?
P:
Podemos llamar el mal a aquello que deforma y destruye la naturaleza de las
cosas.
K:
El hombre es cruel. ¿Acaso él es el mal?
P:
Si está obstruyendo, sí a través de una intención maligna hace que ciertas cosas
se desvíen ...
K:
Me preguntaba simplemente qué significa esa palabra "mal". ¿qué significado
tiene el mal para una mente dotada de inteligencia, una mente que se da cuenta
de todos los horrores del mundo?
P:
El mal es aquello que degrada la conciencia, que trae oscuridad.
K:
Eso lo hacen el miedo, el dolor, el sufrimiento. ¿Diría usted que el mal es
estimulado por el miedo? ¿Es el mal un medio para fomentar el dolor? ¿El mal es
el condicionamiento social o ambiental que perpetúa las guerras? Todas estas
cosas limitan la conciencia y crean oscuridad y dolor. El mal, conforme a la
idea cristiana, es el demonio. ¿Tiene el hindú alguna idea acerca del mal? Si es
que la tiene, ¿Cuál sería? Personalmente, yo nunca pienso en el mal.
¿Diría usted que en el florecer de la bondad el mal no existe en absoluto, que
tal estado no conoce el mal? ¿O el mal es un invento de la mente que engendra el
temor y crea el bien?
P:
¿Puedo decir algo? Si uno penetra profundamente en los recónditos rincones de la
mente humana, en la historia de la humanidad, siempre ha existido el hechicero
que trastorna las leyes de la naturaleza, que provoca el miedo y trae la
oscuridad. Es éste uno de los más extraños elementos de la mente humana. Es a
causa de este terrible pavor a lo desconocido ... esa oscuridad sin límites, sin
fin ..., que reina a lo largo de toda la historia del hombre, que éste ha estado
profiriendo, en busca de protección, un grito que repercute a través de la
conciencia humana. Esto es lo desconocido, la innominada matriz del miedo. No
basta con sugerir que eso es el miedo. Es todo eso y más.
K:
¿Dice usted que muy profundamente en el hombre, en los lugares más recónditos de
la mente, existe el miedo a lo desconocido, a algo que el hombre no puede
alcanzar o inmaginar? ¿Qué estando tan hondamente atemorizado, reclama la
protección de los dioses, y que a cualquier cosa que despierte ese peligro, a
cualquier insinuación de esa cosa oculta, él la llama el mal?
P:
Esta oscuridad existe profundamente en la conciencia humana todo el tiempo.
K:
¿Es el mal lo opuesto del bien, o es por completo independiente del bien?
P:
Es independiente del bien.
K:
Usted dice que es independiente. Por lo tanto, ¿es el mal algo que en sí mismo
no tiene relación alguna con lo bello, con el amor? Contra el mal, el hombre
siempre ha buscado protección, como lo haría contra un animal. Existe este
oscuro peligro oculto. El hombre es conciente de este peligro, tiene miedo y
mediante encantamientos, rituales, plegarias, tecétera, busca ahuyentarlo y
precaverse contra él. El arbusto que está tan lleno de espinas se proteje contra
el animal y el animal, como no puede alcanzar las hojas, llamaría a eso el mal.
¿Existe una fuerza semejante, una personificación semejante del mal que esté por
completo aparte del bien, de lo bello? Existe toda esa idea de que el mal está
combatiendo el bien. Este mal se ve como personificado en la gente, y así el
malo está siempre luchando contra el bueno y el generoso. Yo pregunto, ¿es el
mal algo por completo independiente del bien? Usted debe ser muy cauto para no
volverse superstisioso.
P:
El "temor a" es opuesto a la bondad. Pero los temores más oscuros no lo son con
respecto "a alguna cosa"
S:
No es sólo protección y temor, y el temor que envuelve el mal, sino la
protección con el fin de progresar.
P:
La exigencia de protección: los mantras como hechizos, los mandalas como
diagramas mágicos, y los mudras como gestos mágicos, tenían como objeto
proporcionar protección contra el mal.
K:
Vea, cuando usted penetra profundamente dentro de la conciencia, alcanza un
punto donde lo desconocido aparece como oscuro, y ahí usted se detiene porque
está atemorizado. La mente penetra hondo hasta un punto, y bajo ese punto está
el sentimiento del tenebroso vacío. Debido a la oscuridad, tiene usted los
rezos, los encantamientos, y por causa del temor a la oscuridad usted clama por
protección.
¿Puede la mente atravesar la oscuridad? Vale decir, ¿puede la mente no
experimentar temor? ¿Puede ella operar de tal modo que la oscuridad se convierta
en luz? ¿Puede usted penetrar la oscuridad que tanto teme, y a la que ha
designado como "el mal"? ¿Puede usted penetrar eso tan completamente que la
oscuridad no exista? Entonces, ¿qué es el mal?
P:
Cuando se dibuja el ritual mandala, la entrada en el mandala se hace por medio
del hechizo y el mudra. En este penetrar dentro de la oscuridad, ¿cuál es el
hechizo que abrirá las puertas?
K:
La conciencia como pensamiento se investiga a sí misma ... su profundidad.
Cuando penetra se encuentra con esta oscuridad. Esta investigación no es un
proceso del tiempo. Y usted pregunta cuál es el hechizo o la energía que habrá
de penetrar hasta el fondo mismo de la oscuridad, cuál es esa energía y cómo ha
de surgir.
La misma energía que comenzó a investigar está aún ahí, más fuerte, más vital a
medida que avanza, que penetra. ¿Por qué pregunta usted si hay necesidad de una
energía mayor?
P:
Porque la energía se seca. Penetramos hasta un punto y no más lejos.
K:
A causa del temor, de la aprensión por algo que no conocemos, disipamos la
energía en vez de concentrarla. Yo quiero penetrar en mí mismo. Veo que el
penetrar en mí mismo es un movimiento igual al externo. Implica penetrar en el
espacio. Al penetrar en el espacio hay cierta exigencia de energía. Esa energía
debe estar libre de todo esfuerzo, de toda distorsión. A medida que penetra, la
energía va reuniendo impulso. Si no tiene un desvío por el cual escapar, no hay
distorsión. Se vuelve más profunda, más amplia, más fuerte. Entonces uno alcanza
un punto donde está la oscuridad. ¿Y cómo penetra uno esa oscuridad con esta
tremenda energía? (Pausa)
P:
La primera cuestión con que empezamos era: cómo puede ponerse freno al mal.
Usted ha dicho que a medida que uno penetra en el mar de la oscuridad, la
oscuridad deja de existir; existe la luz. Pero cuando el mal está en los seres
humanos, en ciertas situaciones, en ciertos acontecimientos, ¿hay alguna acción
que pueda contener, frenar este mal?
K:
Yo no lo pondría de ese modo. La resistencia al mal refuerza el mal. Por eso, si
la mente vive en la bondad, no hay resistencia y el mal no puede alcanzarla. De
modo que no hay contención del mal.
P:
¿Entonces sólo hay bondad?
K:
Tenemos que retroceder a otra cosa -la mente ha penetrado en la oscuridad y ha
terminado con la oscuridad-. Pero ¿hay un mal que sea independiente de todo eso?
¿O forma el mal parte de la bondad?
Usted ve que en la naturaleza, el grande vive del pequeño, y el más grande del
grande. Yo no llamaría "mal" a eso. Está el deliberado deseo de causar daño a
otros; ¿es eso parte del mal? Yo deseo lastimar a otro, ¿es eso parte del mal?
Yo quiero lastimarlo a usted porque usted me ha hecho algo, ¿es eso el mal?
P:
Eso es parte del mal.
K:
Entonces eso implica voluntad. Usted lastima, y porque soy orgulloso quiero
vengarme. El deseo de venganza es una acción de la voluntad. Sea voluntad de
reaccionar o voluntad de hacer el bien, ambas son el mal.
P:
Volviendo al mandala; el mal puede penetrar cuando las entradas no están
protegidas. Aquí, los ojos y los oídos son las entradas.
K:
Usted dice entonces que cuando los ojos ven claramente, cuando los oídos oyen
claramente, el mal no puede entrar. Retrocedamos: el propósito deliberado, el
conjunto de propósitos, el pensar sobre ello, todo lo cual constituye la
profunda intención de causar daño, es parte de la voluntad. Yo pienso que es en
eso donde radica el mal ... en el deliberado acto de herir. Usted lastima , yo
lo lastimo, pido disculpas y ello se ha terminado. Pero si me aferro a ello, si
lo retengo, si lo fortalezco deliberadamente, si sigo un plan de acción para
latimarlo -lo cual es parte de la voluntad que el hombre tiene de causar daño o
de hacer el bien-, entonces eso es el mal.
¿Hay pues un modo de vivir sin ejercitar la voluntad? En el momento en que
resisto, de un lado tiene que estar el mal y del otro el bien, y ambos están
relacionados entre sí. Cuando no hay resistencia, no hay relación entre ambos. Y
el amor es entonces un espacio abierto, sin palabras, sin ninguna clase de
resistencia. El amor es la acción que surge de este vacío. Tal como lo
discutíamos ayer, cuando los elementos masculinos se vuelven deliberadamente
afirmativos, exigentes, posesivos, dominantes, el hombre invita al mal.
De modo que donde está la astuta persecución del dominio -que es la operación de
la voluntad-, allí está el principio del mal.
Contra ese mal tratemos de protegernos. Nosotros mismos creamos el mal y sin
embargo dibujamos un círculo, un diagrama alrrededor del umbral de la casa para
buscar protección contra el mal, y en lo interno la serpiente del mal está
operando.
Mantenga limpia su casa y olvide todos los mantras; nada podrá herirlo. Pedimos
protección a los dioses que nosotros hemos creado. Es realmente algo bien
fantástico.
Todas esta guerras, todos los odios raciales, los odios acumulados que el hombre
ha estado almacenando, eso debe constituirse en una colección de odio, en un
acopio de mal. Los Hitlers, los Mussolinis, los Stalins, los campos de
concentración, los Atilas, todo eso debe acumularse, debe tener cuerpo en alguna
parte. Así también el sentimiento de: "no mates, sé bondadoso, sé amable, sé
compasivo", eso también debe acumularse en alguna parte.
Cuando las personas tratan de protegerse contra uno de los dos -el mal-,
asimismo se están protegiendo contra el bien, porque el hombre ha creado ambos.
¿Puede pues la mente, penetrar en la oscuridad? En el mismo acto de penetrar en
ella, la oscuridad se disipa.
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