Texto de Jiddu Krishnamurti
Extraído del libro: "El Propósito de la Educación"
(Página 110)
¿Puede uno vivir solo en este mundo, sin un esposo o una
esposa, sin hijos, sin amigos?
Casi ninguno de nosotros puede vivir solo, por lo tanto necesitamos compañeros.
El permanecer solos requiere una inteligencia enorme; y uno tiene que estar solo
para encontrar a Dios, la verdad. Es agradable tener la compañía de un esposo o
una esposa, y tambien tener hijos; pero ya lo ven, nos perdemos en todo eso, nos
perdemos en la familia, en el empleo, en la aburrida, monotona rutina de una
existencia que nos deteriora. Nos acostumbramos a ello, y entonces el
pensamiento de vivir solos se vuelve terrible, es algo que nos aterroriza. La
mayoría de nosotros ha puesto su fe en una sola cosa, nos lo hemos jugado todo a
una sola carta, y nuestras vidas no tienen riqueza alguna aparte de nuestros
compañeros o compañeras, aparte de nuestras familias y de nuestros trabajos.
Pero si en la vida de uno hay riqueza no la riqueza del dinero o del
conocimiento, que cualquiera puede adquirir, sino esa riqueza que es el
movimiento de la realidad sin principio ni fin entonces el tener la compañía de
alguien se vuelve un asunto secundario.
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